QUÉ ES LA BLASFEMIA CONTRA EL
ESPÍRITU SANTO
Son muchos
los que no entienden el dicho de Jesucristo cuando advirtió que la
blasfemia contra el Espíritu Santo era algo imperdonable. Para
entenderlo es necesario situarnos en el mismo ambiente en que aquello fue
dicho, y tener en cuenta la ley de Dios sobre la blasfemia. En Lev 24: 16 Dios
ordena que todo el que blasfeme a Dios sea ejecutado. Es decir, que la
blasfemia contra el Espíritu Santo no era la única que no era
perdonada, puesto que la blasfemia contra Dios Padre tampoco lo era.
"Y el que
blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la
congregación lo apedreará; así el extranjero como el
natural, si blasfemare el Nombre, que muera."
( Lev 24: 16 )
Ningún
hebreo en todo Israel, por renegado que fuera, se atrevía a blasfemar a
Dios. Ni siquiera los que no creían en Dios se atrevían a
blasfemarlo, porque sabían que iban a pagar con su vida, inmediatamente,
su blasfemia; todos los que lo escucharan lo iban a apedrear. Por lo tanto,
cuando Nuestro Señor Jesucristo dijo que toda blasfemia le sería
perdonada a los hombres, él no se estaba refiriendo de ninguna manera a
los que blasfemaran a Dios Padre, a Jehová, el Dios de los hebreos,
puesto que tal cosa no lo hacía nadie en Israel. Ninguno de ellos se
hubiera atrevido a blasfemar a Jehová Dios, y menos aún
públicamente. Jesús se refería a las blasfemias contra
él.
"31 Por tanto os digo: Todo
pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, mas la
blasfemia contra el Espíritu no será perdonada a los hombres.
32 Y cualquiera que hablare contra el Hijo
del hombre, le será perdonado, mas cualquiera que hablare contra
el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero."
( Mt 12: 31-32 )
De
manera que, desechada ya la posibilidad de que aquella gente blasfemara contra
Dios Padre, examinemos la posibilidad de que la blasfemia fuera contra el
Divino Hijo de Dios. En Mt 12: 32; Mr 3: 29 y Lc 12: 10, Jesús nos
dice que la blasfemia que aquella gente hacía contra él les
sería perdonada. Dado que aquella gente veía a Jesús como
un hombre igual que ellos, el hecho de que lo blasfemaran a él no
tenía la gravedad, que tiene el blasfemar a Dios. Desde el punto de
vista de aquella gente Jesús era un ser humano, por eso se les
podía perdonar los insultos y blasfemias contra él, porque eran
producto de la ignorancia, no creían que era un Ser Divino. Esto es
más evidente en Mt 12: 32 y Lc 12: 10 donde Jesús habla de
sí mismo como "el Hijo del Hombre", por lo cual los que lo
veían como un simple hijo de hombre, no cometían un pecado
imperdonable al blasfemarlo.
"28 De cierto os digo que todos los
pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias
cualesquiera con que blasfemaren; 29 mas cualquiera que blasfemare contra el Espíritu Santo, no
tiene jamás perdón, mas está expuesto a eterno juicio. 30 Porque
decían: Tiene espíritu inmundo."
(
Mr 3: 28-30 )
"Y todo aquel
que dice palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado;
mas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será
perdonado." ( Lc 12: 10 )
Examinemos
ahora estos pasajes y veamos contra quién estaban blasfemando aquella
gente. Según vemos en Mr 3: 30, allí se aclara que lo que
Jesús consideraba blasfemia era el hecho de que se dijera que el
Espíritu que él tenía, era un espíritu inmundo.
Aquella gente estaba hablando del Divino Ser con cuya unción
Jesús ejecutaba los milagros. Ya eso era una cosa muy diferente; ellos
no podían ignorar que el espíritu que tales cosas hiciera, tenía
que ser un Ser Divino. A pesar de esa evidente conclusión, ellos
elegían el blasfemar a ese Divino Ser, llamándole Belcebú,
como vemos en Mt 12: 24; Mr 3: 22 y Lc 11: 15. Ellos sabían que
ningún demonio podía echar a otro demonio; que Satanás no
podía abrir los ojos de un ciego, ni resucitar un muerto, ni hacer
caminar un paralítico. Por eso no tenían perdón, porque
sabiendo a quien estaban blasfemando, se empeñaban en blasfemarlo.
No se
trataba del caso de un ignorante, o un ateo, que sin saber en realidad lo que
significaba lo que decía, puesto que no sabía o no creía
que existiera ese ser divino, blasfemara al Espíritu Santo. Se trataba
de gente que sabiendo a quien estaban blasfemando, aún así
deseaban blasfemarlo, por tal de sacar el "beneficio" de arrojar
dudas sobre los milagros de Jesús el Cristo, a quien ellos
percibían como su competidor en la religión.
"Mas los
fariseos, oyéndolo, decían: Este no echa fuera los
demonios, sino por Beelcebub, príncipe de los demonios."
( Mt 12: 24 )
"Y los
escribas que habían venido de Jerusalem, decían que tenía
a Beelcebub, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los
demonios." ( Mr 3: 22 )
"Mas algunos de
ellos decían: En Beelcebub, príncipe de los demonios, echa
fuera los demonios."
( Lc 11: 15 )
Como
vemos Jesús no está diciendo que se puede blasfemar a quien uno
quiera menos al Espíritu Santo. Lo que estaba diciendo era que las
blasfemias que aquellos hombres lanzaran contra él eran perdonables,
puesto que lo tenían como a un ser humano. Pero las blasfemias que
lanzaran contra un Ser que evidentemente era divino, porque era el que estaba
detrás de milagros maravillosos que Jesús hacía, no
podían ser perdonados.