Por qué la ofrenda de Caín no era aceptable

 

Hay quienes piensan que la ofrenda de Caín era inaceptable porque no era una ofrenda en la que se derramara sangre. Otros piensan que no era aceptable porque era una ofrenda de vegetales y no de animales. Sin embargo, había muchos tipos de ofrendas en las leyes de Dios, en las que sin haber derramamiento de sangre, eran perfectamente aceptables. Por lo tanto, es lógico pensar que no fue por el hecho de que en la ofrenda de Caín no se derramara sangre, por lo que Dios la rechazó.

Este razonamiento se puede aplicar también a la segunda hipótesis, que afirma que la ofrenda de Caín no era aceptable porque era una ofrenda de vegetales y no de animales. Recordemos que una de las ofrendas del día de Pentecostés, y la de los primeros frutos era simplemente granos de trigo. Por consiguiente, no había nada en contra de este tipo de ofrendas de índole vegetal.

En la narración de Gn 4: 3-5 se obtiene la idea de que el problema de Caín fue falta de amor y respeto para Dios. Cuando la ofrenda de Abel es descrita se nota la amorosa forma en que él trata de conseguir lo mejor para Dios. Abel eligió lo mejor que él pudo encontrar; él trajo los primogénitos y la grosura de sus rebaños. Esto nos dice que él tenía un gran respeto para Dios, y que lo amaba lo suficiente como para darle lo mejor, en lugar de mantener lo mejor para sí mismo.

La actitud de Caín era todo lo opuesto. Él no buscó lo mejor para Dios, él simplemente agarró lo primero que le vino a mano, cualquier cosa, como una persona que lo único que quiere es cumplir con una obligación. Él no buscó lo mejor de su cosecha; él pensó que cualquier cosa era suficiente merecimiento para Dios. Su actitud no fue la de un hombre que tiene en gran estima, respeto y amor, a aquel a quien da la ofrenda. Por eso es que su ofrenda no fue considerada valiosa.

 

       "Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; mas no miró propicio a Caín y a la ofrenda suya. Y ensañose Caín en gran manera, y decayó su semblante."       ( Gn 4: 3-5 )

 

Algo similar a esto se nos dice en Mlq 1: 8 con respecto a las ofrendas que los sacerdotes estaban sacrificando. Ellos no buscaban lo mejor para Dios, y por ello, Dios no aceptaba las ofrendas que ellos hacían en el Templo.

 

       "Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo pues a tu príncipe: ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos."

                                                                                                        ( Mlq 1: 8 )

 

Lo que hicieron Caín y Abel, no fue una ceremonia para arrepentimiento o perdón de pecados; por lo tanto, no era necesario que ofrecieran un sacrificio de ovejas. Lo que hicieron Caín y Abel fue un acto de adoración, en el que cada uno eligió para ofrecer lo que él consideraba que Dios merecía. Por eso la ofrenda de Caín fue rechazada.

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