Cómo interpretar las parábolas. La cizaña
Yo opino que las parábolas sirven para aclarar, en forma general, un solo asunto, y que por lo tanto,
no se pueden desmenuzar pormenorizadamente para atribuir un significado revelante
a cada faceta de una parábola, símil o visión. Un buen ejemplo de ello es la parábola de la cizaña. A mi modo de ver esta parábola lo único que está
enseñando es que Dios, por algún motivo, deja convivir a los
creyentes y a los réprobos por un tiempo,
pero que luego, cuando
llegue el momento apropiado, separará a
unos de otros, echando
los réprobos al Infierno.
Sin embargo si
nos ponemos a hurgar en cada faceta de la parábola, en cada palabrita, en cada
imagen, llegaremos a las más
contradictorias conclusiones. Por eso mi
manera de tomar las parábolas es en forma general, para una sola enseñanza. Veamos qué sucede si nos decidimos a tomar cada detalle de la narración
de la parábola de la cizaña como si fuera algo revelador.
“24 Otra parábola les propuso, diciendo: El Reino de los Cielos es
semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo, 25 mas durmiendo los hombres,
vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y como la hierba salió e hizo fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Y llegándose los siervos del padre
de la familia, le
dijeron: Señor, ¿no sembraste buena simiente en tu
campo? ¿de dónde, pues, tiene cizaña? 28 Y él les dijo: Un hombre enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la cojamos?
29 Y él dijo: No; porque
cogiendo la cizaña, no
arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la
siega; y al tiempo de la siega yo diré a
los segadores: Coged primero la
cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas recoged el trigo en mi alfolí.”
(Mt 13:24-30)
“36 Entonces, despedidas las gentes, Jesús se vino a casa; y llegándose a él sus discípulos, le dijeron: Decláranos la parábola de la cizaña del campo. 37 Y respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena simiente
es el Hijo del Hombre; 38 y el campo es el mundo; y la buena simiente son los hijos
del reino, y la cizaña son los hijos del malo; 39 y el enemigo que la sembró, es el
Diablo; y la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. 40 De manera que como es cogida la cizaña, y quemada al fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del Hombre sus ángeles, y cogerán de su reino todos los
escándalos, y los
que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego, allí será el lloro y el crujir de
dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán
como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.”
(Mt 13:36-43)
Si
tomáramos cada detalle como algo revelador, lo
primero que nos
vendría a la mente es que según los versículos 25 y 39, el Diablo tiene poder para crear
gente mala y meterla en la Tierra, lo cual es absolutamente absurdo. Satanás puede tentar a la gente
que Dios creó, sugerirles que se aparten de las
cosas de Dios, pero no puede crear gente mala
para mezclarla con los que Dios hizo.
Lo segundo que tendríamos que pensar según el
propio versículo 25, es que los
ángeles que cuidan la Tierra se durmieron y no vieron a Satanás cuando traía a
los malos por él creados. También
esto es absurdo, porque aunque los ángeles se
descuidaran, Dios no se iba a descuidar.
En tercer lugar según el versículo 30 habría que pensar que el arrebatamiento tiene
lugar no para llevarnos a los cristianos, sino para llevarse primero a los malos. Siguiendo esa errada manera de
interpretar,
tendríamos que pensar que los buenos se quedan en la Tierra, que ya es el reino, según el versículo 43. Al decir en el 41 “cogerán de su reino todos los escándalos.....” nos haría pensar que Jesús
considerará ya al mundo como su reino cuando se empiece a recoger la “cizaña”. Y que en vez de llevarnos a
nosotros fuera de este mundo, es a los
enemigos a los que se llevará fuera. Del versículo del 40 al 43 se aclara específicamente que al final del
mundo se recogerán a los réprobos y quedarán los creyentes en el reino.
¿Es acaso
todo esto lo que pretende enseñarnos la parábola? No, lo único
que se pretende enseñar con esta parábola es que los que aman a Dios y los que
lo odian van a convivir durante mucho tiempo,
y que luego van a ser separados. No se
puede sacar otras enseñanzas de esta parábola.
Como ya dije, no creo
que deba tomarse cada faceta de una parábola,
visión o símil que ha sido usado en forma integral y general, para sacar en conclusión detalles cuya enseñanza no
parecen haber sido la meta o intención de la parábola, visión o símil.
La
insensatez de tomar las parábolas detalle por detalle, se hace
patente en la del mayordomo infiel, la de la
viuda y el juez injusto, la del
amigo a media noche, y otras. Si las tomáramos detalle por detalle sus enseñanzas
serían contradictorias a las del evangelio. En la
primera se justificaría al mayordomo infiel con su mal proceder; en
la segunda sacaríamos la conclusión de que si molestamos a Dios con
nuestras peticiones, al igual que la
viuda lo hizo con el juez injusto,
Dios nos respondería, no porque nos
amara, sino para que no lo molestáramos
más; y en la tercera enseñaríamos también que Dios nos otorga las
peticiones para que no lo molestemos más.
Más adelante abundaremos sobre estas parábolas.