El pecado tiene consecuencias terrenales aún para los amados de Dios

    Desobedecer los mandamientos de Dios, es pecado. Lo mismo da que conozcamos sus mandamientos, como que no los conozcamos. Nuestro deber es averiguar por los mandamientos de Dios. Mayor pecado aún es que conozcamos sus mandamientos y que nosotros le digamos que no nos da la gana de hacerlo. Ese fue el pecado del rey David, y el del rey Roboam y su corte.

    El pecado tiene consecuencias terrenales y consecuencias eternas. Si hay un sincero arrepentimiento, las consecuencias eternas nos son quitadas gracias al sacrificio redentor de Jesucristo en la cruz. En cuanto a las consecuencias terrenales, no siempre nos son quitadas aunque nos arrepintamos sinceramente.

    Es bien conocido el caso del adulterio de David. Aunque él se arrepintió sinceramente, las consecuencias terrenales de su pecado lo persiguieron hasta el día de su muerte. En este pasaje vemos el sincero arrepentimiento y confesión de David, lo cual sin embargo, no detuvo su castigo terrenal.

    No se hagan ilusiones los que desean jugar a eso de pecar y arrepentirse”; aún siendo un arrepentimiento sincero, van a sufrir las consecuencias de su pecado, aunque ustedes se crean mejores que David.

 

    9 ¿Por qué pues tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Uría Hetheo heriste a cuchillo, y tomaste por tu mujer a su mujer, y a él mataste con el cuchillo de los hijos de Ammón. 10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada; por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Uría Hetheo para que fuese tu mujer13 Entonces dijo David a Nathán: Pequé contra Jehová. Y Nathán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado: no morirás. 14 Mas por cuanto con este negocio hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido morirá ciertamente.                                 (II Sam 12:9-14 abreviado)

    Como vimos, el arrepentimiento de David fue sincero, y Dios le perdonó las consecuencias eternas de sus pecados, pero las consecuencias terrenales las tuvo que sufrir hasta el día de su muerte.

    Otro caso similar el es del rey Roboam y su corte, que aunque se arrepintieron de sus pecados, Dios los sometió a Sisac rey de Egipto. Aquí se ve que el rey Roboam y el pueblo de Judá se arrepintieron de sus pecados, y por eso Dios les disminuyó mucho el castigo, pero no se los quitó del todo.

    Y como vio Jehová que se habían humillado, fue palabra de Jehová a Semeías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalem por mano de Sisac. Empero serán sus siervos; para que sepan qué es servirme a Mí, y servir a los reinos de las naciones.              (II Cr 12:7-8)

    El cristiano es muy dado a "aprender" del ejemplo del perdón de María Magdalena, pero nada quiere saber ni pensar del ejemplo del castigo de David y de Roboam.

Volver al índice