¡Aleluya! Qué Gran Milagro

    Hoy en día hay, ( y en realidad siempre ha habido ), pastores y maestros "cristianos" que tratan de echar dudas sobre las doctrinas y los milagros que se describen en la Biblia. Una de sus tácticas es la de burlarse o menospreciar públicamente a aquellos cristianos que creen fielmente lo que la Biblia dice.

    Hace un tiempo me contaron un anécdota que, al decir del que me la contaba, ocurrió en un seminario "cristiano". Si en realidad sucedió o no, o si sucedió allí o no, yo no puedo testificarlo. No obstante, voy a contarla, por lo instructiva que está dicha anécdota. El más astuto movimiento de Satanás, ha sido introducir sus agentes en los seminarios y en las "modernas" traducciones de la Biblia, las cuales ellos van torciendo poco a poco durante décadas.

    Lo siguiente ocurrió en una de esas diarias clases del seminario. El profesor "cristiano" iba a enseñar ese día el paso del Mar Rojo por parte de los hebreos durante el éxodo. Había en la clase un estudiante que pertenecía a una de esas denominaciones carismáticas, el cual era una persona muy elocuente y emotiva. Desde el momento que se sentó en el aula comenzó a hablar con sus compañeros del gran milagro que iban a estudiar ese día.

    Pero antes de continuar, leamos un extracto del pasaje en cuestión, para que se tenga una idea del asunto que se iba a tratar ese día.

 

    "22 Entonces los hijos de Israel entraron por medio de la mar en seco, teniendo las aguas como muro a su diestra y a su siniestra. 23 Y siguiéndolos los Egipcios, entraron tras ellos hasta el medio de la mar, toda la caballería de Faraón, sus carros, y su gente de a caballo....... 26 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la mar, para que las aguas vuelvan sobre los Egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. 27 Y Moisés extendió su mano sobre la mar, y la mar se volvió en su fuerza cuando amanecía; y los Egipcios iban hacia ella. Y Jehová derribó a los Egipcios en medio de la mar. 28 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en la mar; no quedó de ellos ni uno."                              ( Ex 14: 22-28 abreviado )

    Pues bien, cuando el profesor "cristiano" entró en el aula, el joven carismático estaba extasiado pensando en el tema que iban a estudiar ese día, y clamaba a voz en cuello: "¡Aleluya! ¡Aleluya! Qué portentoso milagro realizó Dios."

    El profesor, mostrando muy poca simpatía por el júbilo espiritual del joven, le dijo: "Cálmese joven. Después que usted escuche mi conferencia, verá que no hubo un milagro tan grande como usted supone."

    Entonces comenzó el profesor a "explicar", diciéndole a los estudiantes que la sección del Mar Rojo por la que atravesaron los hebreos durante el éxodo, se llamaba en griego el Mar de las Cañas, debido a que en aquel sitio, el mar no era hondo, pues la profundidad no pasaba de 12 pulgadas.

    Apenas había terminado su conferencia el profesor "cristiano", cuando el carismático joven comenzó a decir en voz alta: "¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Qué milagro más extraordinario nos ha narrado el profesor!

    Visiblemente perturbado y molesto el profesor le llamó la atención al joven diciéndole: "¿No ha escuchado usted lo que yo expliqué? No ha habido ningún milagro en el paso del Mar Rojo."

    Pero el estudiante le respondió: "Oh sí profesor. El milagro consistió en que los caballos y los jinetes del rey de Egipto se ahogaron en sólo 12 pulgadas de agua."

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