TRADUCTORES ECUMÉNICOS: VENDRÁ  EL DESEADO, QUE ES CRISTO, NO LAS RIQUEZAS.

    Este pasaje del Antiguo Testamento  ( Hg 2: 6-9 ) es una prueba irrefutable de que Jesucristo es el Mesías que tan largamente habían esperado los hebreos.  Sin embargo, de un tiempo a esta parte han aparecido una gran cantidad de "sabios lingüistas" con muy sospechosas ínfulas de traductores "sinceros" y "objetivos", que dicen que la palabra  "Deseado", que se refiere a Cristo, y la cual apareció por siglos en nuestras traducciones, es incorrecta; y que en su lugar debe aparecer la palabra "riquezas".  Es decir, que en este pasaje en vez de decir "el Deseado de todas las gentes" debe decir "las riquezas de todas las gentes".  La misión de estos  "Scholars" es cambiar en la Biblia algunas palabras claves, con el objeto de hacer una versión bíblica que le venga bien a musulmanes, judíos, budistas, etc..  Ahora resulta que estos traductores y profesores de seminarios han descubierto de pronto que los traductores de la Biblia de los siglos pasados, eran unos ignorantes que no sabían los idiomas hebreo y griego tan "científicamente" como ellos.
    Ahora resulta que según ellos, Haggeo no profetizó que al Segundo Templo iba a venir Cristo, "el Deseado de todas las gentes", que es lo que siempre ha dicho el pasaje base,  sino que ahora dicen que Haggeo dijo que lo que iba a venir a ese Segundo Templo serían "las riquezas de todas las gentes."  Se ve que quieren anular una profecía que demuestra fehacientemente que Jesucristo es el Mesías.  Lo más triste es que hay profesores y traductores  "cristianos"  que apoyan este intento.  Como es natural, no podían faltar los ruselistas, que también tuercen este pasaje.  Veamos qué dice el pasaje.

             "Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco aun haré yo
        temblar los cielos y la tierra, y la mar y la seca; y haré temblar a todas
        las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes; y henchiré esta casa de
        gloria, ha dicho Jehová de los ejércitos.  Mía es la plata, y mío el oro, dice
        Jehová de los ejércitos.  La gloria de aquesta casa postrera será mayor que
        la de la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar,
        dice Jehová de los ejércitos."                                     ( Hag 2: 6-9 )

    Aún una persona que no sepa ni hebreo ni griego puede probar que esta  "moderna" traducción es errada, aunque esté respaldada por eruditos, seminarios y líderes religiosos.  Cualquiera se da cuenta de que esta moderna traducción, encabezada por los ruselistas, es un intento para quitarle a la profecía su fuerza mesiánica.  Razonemos juntos.

    Primero que todo hay que razonar que "el Deseado" podía venir al Templo por sí mismo; pero "las riquezas" no podían venir por sí mismas, las tenían que traer.  Parece que al que alteró la palabra  "Deseado" se le olvidó cambiar también el verbo "venir" por el verbo "traer".  Si efectivamente la palabra hebrea allí usada  hubiera significado "las riquezas", el profeta hubiera usado el verbo "traer", no el verbo  "venir".

    Segundo.  Todo el que cree en Dios sabe que Sus profetas nunca se equivocan.  Si Haggeo, que vivió antes del nacimiento Cristo, se refería a Jesús cuando dijo que el "Deseado" vendría al Templo, acertó con su profecía; porque efectivamente, Jesús vino al Templo, y con su venida, hinchió de gloria el Segundo Templo.  Es decir, la gloria de aquesta casa postrera fue mayor que la de la primera, como había profetizado Haggeo.  Sin embargo, si como quieren hacer ver ahora estos sospechosos  "lingüistas" y profesores de seminarios, la profecía de Haggeo se refería a las riquezas de las gentes, entonces el profeta falló miserablemente; porque las "riquezas de las gentes" no fueron traídas, ni vinieron, ni hinchieron de gloria aquella casa, ni el mundo se conmovió por las riquezas del Templo.  Es ridículo pensar que Dios iba a conmover los cielos porque las riquezas de las gentes entraran en el Templo aquel.  Es evidente que la palabra "riquezas" no concuerda con el contexto.
    Fue el Imperio Romano el que se llevó las riquezas de todas las gentes de aquella época.  El Templo fue destruido y jamás fueron traídas a ese Templo las riquezas de las gentes. Por tanto, si nos guiamos por esos sospechosos traductores y "expertos" en el idioma hebreo, tenemos que llegar a pensar que Haggeo falló, y también quien lo inspiró.
    Pero, si nos guiamos por los traductores anteriores al ecumenismo, los que siempre tradujeron "el Deseado", comprobamos que la profecía se cumplió, porque:  a) vino el Mesías a ese Templo, b) el cielo y la Tierra se conmovieron con la Primera Venida de Cristo;  c) con su venida se hinchió de gloria aquel Templo que se estaba construyendo en el momento de la profecía, y al cual se refería  Haggeo,  y d)  mayor fue la gloria del Segundo Templo que la del primero, porque al Segundo Templo vino el Mesías y al primero no, aunque el primero tenía más riquezas.
    Y si no fue por la venida del Mesías al Segundo Templo, ¿en qué otra cosa fue la gloria del segundo mayor que la del primero?  ¿Ven cómo alguien quiere alterar la traducción, y como hay interesados en hacérselo creer así a los cristianos?  Es la confabulación de los enemigos de Cristo, que se infiltran dentro del cristianismo para destruirlo desde adentro, o al menos torcerlo. Con la persecución y la muerte de los cristianos, nunca pudo Satanás destruir al cristianismo; por lo tanto, se une a él para destruirlo poco a poco desde adentro, erosionándolo.

    TerceroVemos también que si este pasaje se traduce con la palabra "Deseado" (como siempre se tradujo), concuerda con Malaquías 3:1, que anuncia lo mismo;  pero traducido con la palabra "riquezas" no concuerda con ningún otro pasaje de la Biblia; resulta único e inconexo.

            "He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí:
        y luego vendrá a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del
        pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos."
                                                                                                            ( Mlq  3:1 )

    Siendo como fue el Segundo Templo, de menos importancia desde el punto de vista humano y con menos riquezas que el Primer Templo, solamente se le puede atribuir mayor gloria, como dice Haggeo, porque lo visitara "el Deseado de todas las gentes" ( Hag 2: 7 ) y "el Señor a quien vosotros buscáis", (Mlq 3:1).
    Por eso Dios dice en Hag 2: 8  "Mía es la plata, y mío el oro"; como diciendo: si quisiera llenar de oro y plata este Segundo Templo no me costaría trabajo alguno; pero no será así.  Su mayor gloria consistirá en recibir dentro de él al Mesías, no en recibir más riquezas que el primero.
    Analicen para que vean lo absurdo de la "sabiduría" de estos sospechosos traductores, estos "expertos" del hebreo y el griego, y cuídense de ese tipo de "cristianos".

    Cuarto.  El motivo de la fabricación de ese cuento de hadas que hacen correr entre los cristianos, ( que desdichadamente muchos cristianos creen, incluyendo los editores de New American Standard ) es quitarle fuerzas a la profecía del Mesías.  Ese cuento de hadas dice que el Segundo Templo fue construido por Herodes, o al menos que fue engrandecido por él, hasta el punto que lo hizo mayor y mejor que el de Salomón.  Inventan primero este cuento de hadas sobre el mejor templo de Herodes, para poder luego "demostrar" que la profecía de Haggeo se refería a las riquezas y no a Cristo; y así poder lograr que la torsión de la profecía de Haggeo, concuerde con una inexistente "realidad".
    Es absurdo pensar que Herodes, un vasallo de Roma, un reyezuelo de tercera categoría que sólo gobernaba sobre una pequeña sección de Palestina, un reyezuelo que además tenía que enviar a Roma las recaudaciones, iba a poder gastar más en el Templo, y ponerle más riquezas, que un rey independiente como Salomón.  Salomón  poseía enormes riquezas personales, como podemos ver en II Cr 9: 20-22.  Además  gobernaba todo el territorio de Palestina y naciones aledañas, como puede verse en el versículo 26.  También tenía varios reyes vasallos que le traían regalos, según nos dice el versículo 24.  En su reino la plata era tan abundante como las piedras, de acuerdo a lo dicho en el versículo 27.  Leamos ahora

           "20 Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la casa
        del bosque del Líbano, de oro puro.  En los días de Salomón la plata no era
       de estima.
          
21 Porque la flota del rey iba a Tharsis con los siervos de Hiram, y cada
        tres años solían venir las naves de Tharsis, y traían oro, plata, marfil, simios,
        y pavos.
          
22 Y excedió el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riqueza y en
        sabiduría. 
23 Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de
        Salomón, por oír su sabiduría, que Dios había puesto en su corazón;
24 y de
        éstos, cada uno traía su presente, vasos de plata, vasos de oro, vestidos, armas,
        aromas, caballos y acémilas, todos los años. 
25 Tuvo también Salomón cuatro
        mil caballerizas para los caballos y carros, y doce mil jinetes, los cuales puso
        en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalem.
          
26 Y tuvo señorío sobre todos los reyes desde el río hasta la tierra de los
        Filisteos, y hasta el término de Egipto
27 Y puso el rey plata en Jerusalem
        como piedras, y cedros como los cabrahigos que nacen por las campiñas en
        abundancia."                                                                    ( II Cr  9: 20-27 )

    Además de las riquezas personales de Salomón y las riquezas de su reino, vemos en Primera de Crónicas 29: 1-8 , que su padre David destinó para el Templo enormes riquezas, consistentes en miles de talentos de oro, plata y otros diversos metales.  Veamos.

            "1 Después dijo el rey David a toda la asamblea: A solo Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno, y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para Jehová Dios.  2 Yo empero con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y metal para las de metal, y hierro para las de hierro, y madera para las de madera, y piedras oniquinas, y piedras preciosas, y piedras negras, y piedras de diversos colores, y toda suerte de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.
          
3 A más de esto, por cuanto tengo mi gusto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he aprestado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios;  4 a saber, tres mil talentos de oro, de oro de Ophir, y siete mil talentos de plata afinada para cubrir las paredes de las casas. 5 Oro pues para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de manos de los oficiales. ¿Y quién quiere hacer hoy ofrenda a Jehová?
         
6 Entonces los príncipes de las familias, y los príncipes de las tribus de Israel, tribunos y centuriones, con los superintendentes de la hacienda del rey, ofrecieron de su voluntad; 7 y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos de oro y diez mil sueldos, y diez mil talentos de plata, y dieciocho mil talentos de metal, y cinco mil talentos de hierro.  8 Y todo el que se halló con piedras preciosas, diolas para el tesoro de la casa de Jehová, en mano de Jehiel Gersonita."                ( I Cr  29: 1-8 )

    Como vemos, David dejó enormes riquezas en oro, plata y piedras preciosas; además dejó grandes cantidades de bronce, hierro, madera de cedro y piedras de mármol.  Dos grandes reyes proveyendo todo lo necesario para el Primer Templo, mientras que Herodes era uno solo, y no tenía la importancia, la riqueza, el poder y el territorio de David y Salomón.
    Después de conocer todos estos hechos históricos, ¿puede alguien convencernos de que un reyezuelo que tercera categoría, que estaba obligado a enviar a Roma las riquezas de la sección de Palestina que el gobernaba, iba a edificar un templo más rico y más grande que el de Salomón?  Eso es sencillamente absurdo, ridículo, ilógico.  ¿Por qué entonces se hacen y son aceptadas estas traducciones erradas?  ¿Es esto ignorancia, estupidez o planes malévolos?

    QuintoAdemás de todo eso, vemos en  I Cr  28: 2-3, que Dios vetó a David para que no construyera el Primer Templo, porque David había derramado mucha sangre.  No obstante, esas sangres por él derramadas fueron por lo general en guerras justas.  Con todo y eso, Dios vetó a David para que no construyera el Templo. ¿Puede alguien en su sano juicio creer que Dios vetó a David, pero a Herodes, asesino de niños y adultos, lo premió profetizando que él iba a construir un Templo más glorioso, más grande y mejor que el de Salomón?   Eso es como decir que Adolfo Hitler fue bendecido por Dios otorgándole la honra y la gloria de construir un templo mejor, mayor y más glorioso que el de Salomón.

            "Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos
        y pueblo mío.  Yo tenía en propósito edificar una casa, para que en ella
        reposara el arca del pacto de Jehová, y para el estrado de los pies de nuestro
        Dios; y había ya aprestado todo para edificar.   Mas Dios me dijo: Tú no
        edificarás casa a mi nombre: porque eres hombre de guerra, y has derramado
        mucha sangre."                                                                ( I Cr  28: 2-3 )

    ¿Creen ustedes que Dios iba a basar la gloria del Segundo Templo en las riquezas y construcciones que hiciera un consumado asesino?  ¿Va Dios a vetar a David, pero va a aprobar a Herodes, que además era edomita y no hebreo?  ¡Yo no sé dónde tienen la cabeza los que publican este tipo de artículos en revistas cristianas, y los que le permiten publicarlos.

    Sexto.  En  Heb 12: 24 - 27, el Apóstol Pablo dice que esa profecía de Haggeo, se refiere a Cristo, dice él que quien conmovió el cielo y la tierra fue Cristo.  Ahora resulta que, según los modernistas, los que traducían antes la Biblia no sabían bien el hebreo; que los que sí lo saben bien son estos sospechosos traductores  que buscan el ecumenismo.  Desgraciadamente hay muchos hermanos que son confundidos por estos  "expertos"  y  les creen sus cuentos de hadas.
    Estos horribles errores se deben  también a la falta de inspección y supervisión por parte tres grupos de personas:  a) los encargados de ver lo que se publica,  b) los editores de estas revistas, y  c) en general los dirigentes de esas denominaciones.
    Un ejemplo de cómo se dejan engañar los hermanos por estos "traductores objetivos", se halla en el Manual del Maestro del Expositor Bíblico del 7 de Septiembre de 1986, páginas 72-73.  En la clase correspondiente a ese domingo antes mencionado se le dice a los maestros que van a enseñar la clase de ese día, que lo que iba a entrar en el Segundo Templo era  "la riqueza de las gentes",  y no  "el Deseado de las gentes".  Triste error de escritores que debían leer más la Biblia, razonar mejor y tener más cuidado para no hacer errar a sus hermanos.
    Para poder torcer la Escritura a fin de que concuerde con su interpretación amañada, apelan en ese capítulo del Expositor, a hacer ver que eso de "conmover los Cielos y la Tierra", se refería a los trastornos políticos del Imperio Persa.  Sin embargo, se constata la falsedad de este alegato en Hebreos 12: 24 - 26, donde el propio San Pablo interpreta que lo que iba a conmover los Cielos y la Tierra era la Venida del Mesías. Veamos.

            "Y a Jesús el Mediador del nuevo testamento, y a la sangre del
        esparcimiento que habla mejor que la de Abel.   Mirad que no desechéis
        al que habla. Porque si aquellos no escaparon que desecharon al que hablaba
        en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que habla de los cielos.
        La voz del cual entonces conmovió la tierra; mas ahora ha denunciado,
        diciendo: Aun una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, mas aun el cielo.
       Y esta palabra, Aun una vez, declara la mudanza de las cosas movibles,
        como de cosas que son firmes."                             ( Heb 12: 24 - 27 )

    Es decir que la profecía de Haggeo, es interpretada por Pablo como referente a Cristo, no como referente a las riquezas. Cuando él menciona el caso, lo hace usando las mismas palabras de la profecía de Haggeo, y diciendo que se refieren a Jesús.  No sólo eso, sino que es ridículo pensar que los trastornos políticos del Imperio Persa iban a conmover los Cielos.

   Séptimo.  Es del género tonto pensar que la palabra hebrea debe traducirse por  "riquezas" y no por "el Deseado de todas las gentes", puesto que la profecía dice que se iban a conmover los Cielos y la Tierra.  Sería absolutamente tonto pensar que los Cielos se iban a conmover porque las riquezas de las gentes fueran traídas al Segundo Templo.  Sin embargo si en vez de "las riquezas", se traduce "el Deseado de todas las gentes", entonces adquiere sentido, porque la venida de Cristo conmovió hasta el Cielo.  ¿Creerán esta gente que los que están en los Cielos se preocupan por el oro y la plata?  Por lo tanto es evidente que la frase correcta es "el Deseado de las gentes", porque solamente la Primera Venida de Cristo pudo conmover los Cielos y la Tierra.

         "Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco aun haré yo
        temblar los cielos y la tierra, y la mar y la seca; y haré temblar a todas
        las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes; y henchiré esta casa de
        gloria, ha dicho Jehová de los ejércitos."                               ( Hg  2: 6-7 )

    Eso de querer hacer ver que  "el Deseado de todas las gentes" no era Jesucristo, sino las riquezas de las naciones, no es más que una concesión que le hacen los protestantes y sus compañías publicadoras, al islamismo, al budismo, al judaísmo, etc., en pro del ecumenismo.  Como que esta de Haggeo es una de las profecías que irrebatiblemente demuestra que Cristo es el Mesías, se desea quitarla de en medio para que no estorbe al ecumenismo.  El traducir "las riquezas de las naciones" es un disparate, y además, destruye la profecía misma.  Es mentira que las riquezas de las naciones fueran a parar al Segundo Templo; al contrario, fueron las riquezas del Segundo Templo las que fueron a parar a las naciones: a Roma, con Tito Flavio Vespaciano.
    Lo que le interesa a los comerciantes es el negocio.  Por eso es que a muchas editoriales  "cristianas" no les interesa la verdad de Dios, sino el dinero.  Ellos publican cualquier cosa que les dé dinero, aunque no sea bíblicamente correcto.
    Una falsedad semejante a esta de cambiar la palabra "Deseado" por la palabra "riquezas", es lo que tratan de introducir los "modernos lingüistas" cuando se confabulan para enseñar en los seminarios que ellos infiltran, que la palabra "virgen" que aparece en Isaías 7: 14 (he aquí que la virgen concebirá) debe traducirse por "mujer joven".  Con eso tratan de desacreditar el nacimiento virginal de Cristo, y una profecía que demuestra que él es el Mesías. Ver nota a ese pasaje para que vean lo absurdo de esa innovación.

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