Cristo es mayor que el
Espíritu Santo
En
Jn 15: 26 y 16: 7 vemos que Cristo promete que él enviaría
al Espíritu Santo. Es más que lógico pensar que el que
envía es superior al enviado, como ocurre cuando Dios envió a
Cristo al mundo. Eso mismo nos dice el Señor en 13: 16, cuando asegura
que los enviados (apóstoles en este caso ) no son mayores que el que los
envió.
En
los dos pasajes mencionados al principio vemos que Cristo habla como teniendo
autoridad sobre el Espíritu Santo. Al hablar así nos hace ver que
él es Señor del Espíritu Santo, pues si no lo fuera no
diría "lo enviaré", sino que diría algo
así como "le pediré que venga", o "le
rogaré que venga", etc..
"De cierto, de cierto os digo: El siervo no
es mayor que su señor, ni el apóstol es mayor que el que le
envió."
( Jn 13: 16 )
"Empero
cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre,
el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio de mí."
( Jn 15: 26 )
"Empero yo os digo la verdad: Os es
necesario que yo vaya, porque si yo no fuese, el Consolador no vendría a
vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré."
( Jn 16: 7 )
En
estos dos últimos pasajes se ve la autoridad con que Cristo habla al
referirse al Espíritu Santo. No hace lo mismo cuando se refiere a Dios
Padre; en ese caso habla de rogar, de pedir. Se evidencia
así la diferente relación que hay entre Cristo y Dios, por un
lado, y entre Cristo y el Espíritu Santo, por el otro.
"Y yo rogaré al Padre,
y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre"
( Jn 14: 16 )
"Aquel día pediréis en mi
nombre, y no os digo, que yo rogaré al Padre por vosotros"
( Jn 16: 26 )
"Yo ruego por ellos,
no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son"
( Jn 17: 9 )
"No ruego que los quites del mundo,
sino que los guardes del mal." ( Jn 17: 15 )
"Mas no ruego solamente por
éstos, sino también por los que han de creer en mí por la
palabra de ellos." ( Jn 17: 20 )
Como
vemos en los pasajes mencionados, Jesucristo tiene potestad sobre el
Espíritu Santo para darle órdenes, señal inequívoca
de que Jesús es superior al Espíritu Santo. Él no dice "rogaré
al Espíritu Santo" ni dice "pediré al Espíritu
Santo", sino que dice "lo enviaré", como quien habla de
alguien que le está sujeto.