El
llamado "Pecado Original" es un
mito
Una
vieja tradición religiosa afirma que el pecado de Adam y Eva pasó
a sus descendientes, en el sentido de condenar sus almas al infierno.
En otras palabras, según esta tradición, por el hecho de que
un padre o una madre pequen, los hijos están condenados al infierno.
Esta doctrina está en contra de lo que la Biblia nos enseña
sobre el carácter de Dios. Este es uno de los muchos errores y
herejías que los protestantes han heredado del catolicismo. Por
creer en esta doctrina, es que en el catolicismo se bautizan los bebés.
Esto se hace con objeto de "limpiar" a los bebés del supuesto "pecado
original".
Es
cierto que nosotros heredamos de nuestros ancestros, las características
corporales (genotipo y fenotipo), pero nuestras almas no heredan esas
características. Pensar que nuestros padres trasmiten a nuestras
almas las características de sus propias almas, es equivalente a pensar
que el alma está hecha de material biológico, y que nuestras
almas son formadas por la unión del espermatozoide y el óvulo,
en el vientre materno. Pensar que nuestro cuerpo es a la vez nuestra alma,
es una de las muchas herejías de los ruselistas.
Si
nosotros heredáramos nuestras almas y sus características de
nuestros padres, entonces nadie sería culpable por pecar, porque eso
era algo heredado. Sería como heredar una enfermedad, que no es
culpa nuestra. Eso sería como heredar un indio o un africano sus
características corporales de sus antecesores. ¿Por qué
condenar al infierno a una persona, porque es chino o indio. ¿Qué
culpa tiene él de haber heredado esas características? Igualmente,
¿por qué condenar a un hombre porque sus antecesores le trasmitieron
una actitud pecadora? Esto no es lo que la Biblia nos
enseña. Salomón nos dijo que Dios creó al
humano recto, pero que ellos se buscaron muchas cuentas, desviándose
así de lo recto.
"He aquí, solamente he hallado esto:
que Dios hizo al hombre recto,
mas ellos buscaron muchas
cuentas."
( Ecc 7: 29 )
Como
podemos ver, cuando las almas salieron de las manos de Dios, eran rectas,
fue luego cuando esas almas se echaron a perder. Fíjense que
Salomón dice "ellos", refiriéndose a muchos, no a solamente
Adam. Por lo tanto, según Salomón el pecado de Adam no
era el problema, sino el pecado de cada uno. Si Dios hizo al hombre
recto, entonces ellos no son pecadores de nacimiento. Entonces no existe
tal cosa como el "pecado original" pesando sobre cada nuevo ser que nace.
Nosotros no estamos arrastrando una condena que no nos pertenece a nosotros,
sino a nuestros padres. Pero por el contrario, la condena que nosotros
arrastramos es la nuestra propia, no la ajena.
Jesucristo nos enseñó lo contrario de lo que proclama la
herética doctrina del "pecado original". Él nunca dijo
algo que pudiera mal entenderse en el sentido de que el humano es condenado
a causa del pecado de Adam. Al contrario, sus palabras nos enseñan
que cada uno de nosotros nace sin pecado ni condena.
"Y Jesús dijo: Dejad a los
niños, y no les impidáis de venir a mí;
porque de los tales es el reino de los
cielos."
( Mt 19: 14 )
Si
los niños pueden entrar en el Reino de los Cielos, es señal
evidente de que no tienen pecado, porque nadie puede entrar con pecados
en el Reino de los Cielos. De aquí se deduce fácilmente que
no existe tal cosa como un pecado original heredado, trasmitido de
padres a hijos desde Adam; de otra manera los niños serían
pecadores y no entrarían en el Cielo hasta que se convirtieran.
Además, si un
padre pudiera trasmitir la naturaleza pecadora de su alma a su descendencia,
entonces resultaría que de un padre pecador nunca habría
generaciones de cristianos, cosa que no es cierta.
El
profeta Ezequiel también reafirma la doctrina de que los hijos no
cargan la culpa de los hechos, pensamientos o sentimientos de sus padres.
Contrario a lo que enseña la doctrina del "pecado original", que condena
al humano al infierno por los pecados de Adam, Ezequiel, inspirado por el
Espíritu Santo, dice que los hijos no son condenados por los pecados
de sus antecesores.
"Y fue a mí palabra de
Jehová, diciendo: ¿Qué
pensáis vosotros,
vosotros que usáis este refrán sobre la tierra de Israel,
diciendo:
Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos tienen
la
dentera? Vivo yo, dice el Señor Jehová, que nunca más
tendréis por
qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas
las almas son mías;
como el alma del padre, así el alma del hijo es mía;
el alma que
pecare, esa
morirá."
( Ezq 18: 1- 4 )
"14 Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos
los pecados
que su padre hizo, y viéndolos no hiciere según ellos,......
17...
éste
no morirá por la maldad de su padre; de cierto
vivirá.........
20
El
alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará por
el pecado del
padre, ni el padre llevará por el pecado del hijo;
la justicia del
justo será sobre él, y la impiedad el impío será
sobre
él."
( Ezq 18: 14-20 abreviado )
En
Deuteronomio 24: 16, Moisés nos enseña que no se debe castigar
a los hijos por los pecados de los padres. Si eso es lo que Dios nos
enseña, ¿cómo podemos nosotros pensar que Él va
a hacer lo contrario? Yo no veo en las Escrituras nada que respalde la
herética doctrina del "pecado original". Si Dios dice que los hijos
no deben ser condenados por los hechos de sus padres, mucho menos va Dios
a enviar al Infierno a una persona por el pecado de Adam.
"Los padres no morirán por los
hijos, ni los hijos por los
padres;
cada uno morirá por su
pecado."
( Dt 24: 16 )
En
Ex 32: 31-33 vemos también que el humano nace sin pecado. En una
conversación personal con Dios, Moisés le pidió al
Señor que borrara su nombre del Libro de la Vida, si es que Dios no
iba a perdonar al pueblo. El Señor le respondió que Él
borraría a aquellos que pecaran contra Él. De las palabras
de Dios se puede sacar la conclusión de que todo ser humano está
escrito en el Libro de la Vida, y que solamente después que la persona
peca y no se arrepiente, es que se le borra de allí. Consecuentemente,
todos los seres humanos nacen sin pecado, de otra manera, ninguno estaría
escrito en el Libro de la Vida, pero si ellos están escritos en el
libro es porque nacieron sin pecado. Esto excluye la posibilidad de la existencia
del llamado "pecado original". Es lógico pensar que Dios escribe al
humano en Su libro cuando nacen, porque si Él los escribiera sólo
después de la conversión, no tendría que borrar a
ninguno. Si Él borra a algunos, es porque Él los escribió
allí desde el nacimiento.
"Entonces volvió Moisés
a Jehová, y dijo: Ruégote, pues este
pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses
de
oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu
libro
que has escrito. Y Jehová respondió a Moisés: Al
que pecare contra
mí, a éste raeré yo de mi
libro."
( Ex 32: 31-33 )
Como
ustedes pueden ver, para creer en el "pecado original", hay que admitir
los dogmas de las iglesias. Las doctrinas cristianas provienen de las
Escrituras, no de los dogmas.