Dios no prueba a las
criaturas para saber Él, sino para que otras criaturas sepan.
Hay
quienes creen que las pruebas que nos vienen a nosotros son para Dios saber
cómo reaccionaríamos nosotros ante ciertas circunstancias. No hay
tal cosa. Cuando Dios permite pruebas es para informar a otras criaturas de
cómo reaccionaríamos. El mejor caso para estudiar este asunto
es el de Job. Este hombre no fue probado para informar a Dios cómo
iba él a reaccionar; eso lo sabía Dios de antemano. Job fue
probado para demostrar a Satanás cómo criaturas de más
baja categoría que la de un ángel, eran obedientes y agradecidos
con Dios aunque las circunstancias les fueran adversas. Dios permitió la
prueba que padeció Job, para demostrar su lealtad a Dios a pesar de lo
que padecía.
Satanás es una criatura que a pesar de haber tenido grandeza y
privilegios, se rebeló contra Dios, porque quería todavía
más. Por eso, Dios, que conocía perfectamente cómo iba Job
a reaccionar, permitió que Satanás lo despojara de todo. Digo que
Dios sabía cómo iba a reaccionar Job, porque en Job 1: 8 cuando
Dios habla con Satanás sobre Job, dice que era su siervo, y que era un
hombre perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Si Dios
pensaba así de Job, se evidencia que Él no estaba tratando de ver
cómo era Job, sino que estaba usando a Job para darle una
lección de fidelidad a Satanás. Dios usó a Job para
demostrar cómo una criatura de menor nivel que Satanás, era capaz
de seguir siendo fiel aunque le quitaran todo lo que tenía, y aunque
sufriera de una amarga dolencia.
Fue
un gran honor para Job haber podido servir a Dios para darle una lección
de fidelidad a Satanás. La prueba fue la más dura conocida,
pero el honor de haber servido a Dios en este asunto, es la más grande
recompensa que un hombre podría obtener.
"6 Y un día vinieron los
hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino
también Satán. 7 Y dijo Jehová a
Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satán a
Jehová, dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. 8 Y Jehová dijo a Satán: ¿No has considerado a mi
siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto
y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal? 9 Y respondiendo Satán a Jehová,
dijo: ¿Teme Job a Dios de balde? 10 ¿No le has tú cercado a él, y a su casa, y a todo
lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición;
por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra. 11 Mas extiende ahora tu mano, y toca a todo lo que tiene, y verás
si no te blasfema en tu rostro. 12 Y dijo Jehová a
Satán: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano;
solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satán de
delante de Jehová." ( Job 1: 6-12 )
Dios
nunca necesita probar a una persona con objeto de saber cómo es.
Él sabe como es y cómo va a reaccionar cada persona. Cuando Dios
permite una prueba sobre un ser humano es para probar a otros cómo se
comporta esa persona ante esa prueba.
Algunos
hermanos, erradamente, le llaman "pruebas" a las
lógicas consecuencias de sus pecados y sus errores. Dios no
está enviando "pruebas" a esa gente, ellos son demasiado
débiles para eso, y si se les prueba, pueden quebrarse. Ellos
está sufriendo las consecuencias de sus acciones. Dios solamente permite
ese tipo de pruebas en personas de la calidad de Job, porque Él sabe que
los que no tienen esa calidad lo van a hacer quedar mal si los prueba.
Recuerden,
no confundan las consecuencias de sus errores y pecados, con pruebas como la de
Job, a menos que Dios pueda decir de ustedes que son perfectos, rectos,
temerosos de Dios y apartados del mal. Si no son de esa calidad, no se auto
adulen creyendo que vuestras amarguras son pruebas.