Judíos, musulmanes y
ateos lean esto: las 70 semanas de años
Este
pasaje de Neh 2: 1-6 es uno de los más importantes en las
profecías sobre quién era y cuándo vendría el
Mesías. En la fecha dada en este pasaje se basa el comienzo del
cómputo del tiempo que cubriría la profecía de las setenta
semanas de años la cual se halla en Dn 9: 25-26. Ambos pasajes
unidos son un magnífico argumento para probar a los judíos, que
Cristo es el Mesías, y a los ateos y musulmanes, que la Biblia es el libro
de Dios, y que Jesucristo es el Mesías. Veamos.
"1 Y fue en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino, y lo di al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, 2 me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro, pues no estás enfermo? No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. 3 Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego? 4 Y me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, 5 y dije al rey: Si al rey place, y si agrada tu siervo delante de ti, que me envíes a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. 6 Entonces el rey me dijo, ( y la reina estaba sentada junto a él): ¿Hasta cuándo será tu viaje, y cuándo volverás? Y plugo al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo." ( Neh 2: 1-6 )
Al
comenzar este capítulo 2, vemos que Nehemías se halla en el
año 20 del reinado de Artajerjes, según el versículo uno.
En ese momento Jerusalem estaba aún en ruinas a consecuencia de la
destrucción que Nabucodonosor había llevado a cabo en
época del rey Sedequías de Judá. Sabemos que Jerusalem
estaba en ruinas por lo dicho por Nehemías al rey Artajerjes en 2: 3-5,
como ya vimos, y lo dicho en Neh 1: 1-3, que es el pasaje que sigue.
"1 Palabras de Nehemías, hijo de Hachalías. Y acaeció en el mes de Chisleu, en el año veinte, estando yo en Susán, capital del reino, 2 que vino Hanani, uno de mis hermanos, él y ciertos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalem. 3 Y me dijeron: El residuo, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalem derribado, y sus puertas quemadas a fuego." ( Neh 1: 1-3 )
En estos
versículos anteriormente leídos se evidencia que:
a)
la gente que vivía en Jerusalem estaba en gran mal y afrenta, debido a
que los muros de la ciudad estaban derribados y sus puertas quemadas;
b)
la ciudad estaba desierta, es decir poca gente habitaba en ella, esto se
confirma en 11: 1-2 donde vemos una especie de leva compulsoria para reclutar
habitantes para Jerusalem;
c)
Nehemías pide al rey directamente, que lo envíe a reedificar
a Jerusalem, lo cual es señal cierta de que aún no estaba
reedificada, y que en ese momento se estaba dando a Nehemías, por
parte del rey Artajerjes, la orden de reedificar a Jerusalem. No
sólo dio el rey la orden oficial para la reconstrucción de
Jerusalem, sino que además dio tropas y materiales, como vemos en Neh 2:
8-9.
Por
todo lo anteriormente dicho, no cabe la más mínima duda de que "la
salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalem" tuvo lugar el
año 20 del rey Artajerjes, porque antes de eso no había sido
reedificada.
"Y habitaron los príncipes del pueblo en Jerusalem; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de diez que morase en Jerusalem, ciudad santa, y las nueve partes en las otras ciudades. Y bendijo el pueblo a todos los varones que voluntariamente se ofrecieron a morar en Jerusalem." ( Neh 11: 1-2 )
"8 Y carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y me lo otorgó el rey, según la benéfica mano de Jehová sobre mí. 9 Y vine luego a los gobernadores de la otra parte del río, y les dí las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo." ( Neh 2: 8-9 )
Por
otra parte Dn 9: 25-26 dice claramente que desde la salida de la palabra
para reedificar a Jerusalem hasta el Mesías, transcurrirían 7
semanas y 62 semanas, o sea, 69 semanas. Esas 69 semanas son de años;
o sea, que sesenta y nueve semanas de años representan 483 años,
porque 7 x 69 = 483. ( Vamos a demostrar más abajo que en la Biblia se
usa la palabra semana para denotar 7 años ).
"Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se tornará a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá a la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos." ( Dn 9: 25-26 )
Si
ahora vamos a la Enciclopedia británica, XV Edición 1977,
Micropaedia, volumen I, página 549, veremos que el rey Artajerjes I que
se menciona en el pasaje base como dando la "palabra para restaurar y
edificar a Jerusalem" reinó desde el año 465 al 425 a.C.
Si este monarca comenzó a reinar en el año 465 a.C., el
año veinte de su reinado sería el 445 a.C. Ya sabemos que la
cronología tanto la bíblica como la histórica no es muy
exacta, pero aún así podemos basarnos en ella para obtener la
verdad.
Pues
bien, si desde el año 20 de Artajerjes ( 445 a.C. ) hasta el
Mesías, iban a transcurrir 483 años, hagamos los cálculos
y veremos que venimos a caer en el año 38 después de Cristo.
Es decir que aún con la inexactitud de la cronología, el
cómputo nos hace llegar a la época de Jesucristo.
Pudiera
algún aferrado alegar que el cómputo cae en el año 38 y no
en el 33, cuando mataron a Cristo; ni en el año cero, cuando
nació Jesús. Pero eso es irrelevante por dos razones: a)
porque por ser inexacta la cronología, esos 5 años no son gran
diferencia, incluso la era actual tiene 4 ó 6 años de error
y, b) en toda aquella época (dos siglos antes o dos
siglos después de Cristo) no surgió otro ser de estatura
mesiánica, aparte de Jesucristo. Es decir, que no se trata de ver
a cual de tres o cuatro personajes contemporáneos unos de otros en
aquella época, le viene mejor la cronología profética. Si
hubiera habido otros "mesías" con la estatura religiosa de
Cristo, pudiera haber dudas; pero no, él fue el único en toda
aquella época. Es lógico pues admitir que el plazo se
cumplió en él, aunque a esta distancia en el tiempo, existan
inexactitudes de cuatro o seis años en los cómputos.
Una
vez visto todo esto, podemos decir que cualquier no creyente en Cristo, que
sea honesto, que quiera razonar sobre el asunto, que tenga interés en
investigar la verdad, tiene que darse cuenta de que ahí tiene una
prueba del origen divino de la Biblia y de que Jesús es el
Mesías.
Los
dos pasajes que prueban que Jesús cumple la profecía hecha sobre
el Mesías, pertenecen al Antiguo Testamento, o sea, pertenecen a lo que
los judíos admiten y administran. No puede pues existir en un ateo la
sospecha de que esos dos pasajes fueron "arreglados" para que
concordaran con Jesucristo, puesto que: 1) los judíos
ortodoxos no "arreglan" la Escritura; y 2) porque aún
en el caso de que la "arreglaran", jamás la arreglarían
para demostrar que Jesucristo es el Mesías.
Por
lo tanto, si las pruebas de que el advenimiento de Cristo estaba profetizado
con exactitud, descansan en pasajes que no pueden haber sido arreglados, es
justo pensar que la profecía esa se cumplió. Y si 483
años de antemano, se profetiza un evento singular, más bien
único, hay que llegar a la conclusión de que el libro que lo
contiene no es, y no puede ser, de inspiración humana.
Recuérdese que lo de Artajerjes fue un permiso oficial respaldado por
fuerzas del ejército (Neh 2: 9 ), para reedificar a Jerusalem.
Fue Artajerjes el que, además de permiso y tropas, dio materiales de
construcción para reedificar la ciudad y la muralla (Neh 2: 8 ); no
puede haber dudas de que la orden de reconstrucción de la ciudad fue
dada por Artajerjes en al año 20 de su reinado.
Vamos
a demostrar ahora que en la Biblia se usa la palabra "semana" para
denotar un período de 7 años. Es frecuente en la Biblia el
contar el tiempo en forma que a nosotros actualmente nos parece extraño.
En Gn 29: 18-28 se ve cómo se llamaba "semana" a un
período de siete años. En el versículo 18 se especifica
que son siete años el lapso del contrato. Eso mismo se confirma en el
20. En el 27, sin embargo, a ese mismo lapso se le llama una semana. Otro tanto
ocurre en el 28. Veamos.
"18 Y Jacob amó a Rachel, y dijo: Yo te serviré siete años por Rachel tu hija menor. 19 Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, que no que la dé a otro hombre; estate conmigo.
20 Así sirvió Jacob por Rachel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba. ...... 25 Y venida la mañana, he aquí que era Lea; y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿no te he servido por Rachel? ¿por qué, pues, me has engañado?
26 Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor. 27 Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años. 28 E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla, y él le dio a Rachel su hija por mujer." ( Gn 29: 18-28 abreviado )
También
en Levítico 25: 8 se menciona con toda claridad las semanas de
años; o sea, períodos de 7 años, de forma tal, que
siete semanas forman 49 años. Es como si Dios hubiese querido dejar
prueba documental para los que quisiesen negar que las semanas de Daniel 9:
25-26 son semanas de años.
"Y te has de contar siete semanas de años, siete veces siete años; de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años." ( Lev 25: 8 )
En
el mismo libro de Daniel, en 10: 3, y como para evitar confusiones con semanas
de años, se aclara que las semanas de las que allí se hablan,
son semanas de días. Tal vez, sabiendo que antes había
hablado de semanas de años, se cree obligado aquí a aclarar que
son semanas de días, para evitar confusiones. Veamos.
"No comí pan delicado, ni entró carne ni vino en mi boca, ni me unté con ungüento, hasta que se cumplieron tres semanas de días." ( Dn 10: 3 )
Además de todos estos obvios razonamientos que nos demuestran que era
costumbre hablar de semanas de años, podemos razonar que cualquiera
que crea en el Antiguo Testamento como palabra de Dios, tiene que concluir que
si en la profecía de las 70 semanas se refiriera a semanas de
días, entonces la profecía no se hubiera cumplido; porque
año y pico (setenta semanas) después de comenzada la
reedificación de Jerusalem no la volvieron a destruir ni vino el
Mesías. Sin embargo, más de 483 años después de su
reconstrucción fue destruida la ciudad y el santuario; prueba de que se
trataba de semanas de años.