La
Santidad en el Cristiano
El llegar a alcanzar la santidad del alma debía ser la meta
de toda persona que se convierte a
Dios. Ese no es un tema agradable
a tratar, porque el ser
humano, por lo
general, desea seguir haciendo lo que a él le da la
gana, a pesar de haberse convertido
a Cristo.
A mucha gente le gusta escuchar sermones, y asistir a iglesias en
donde les digan que ellos pueden continuar siendo viles y
degenerados, sin dejar por ello de ser salvos, porque estamos bajo
la gracia.
Por ese motivo, el hablar de este tema no es agradable a todo el
mundo, porque no voy a tratar
cosas de las que el humano quiere
enterarse, sino de aquello que
casi nadie quiere escuchar, porque
no le halaga el ego. Trataré
de cosas que no atraen donantes a los bancos de la
iglesia, sino de aquello que la
santifica. Es propio del amor
cristiano el decir estas cosas aunque no sean agradables al
oído.
Una de las cosas necesarias para llegar a la santidad es enterarnos
de lo que Dios quiere del humano y
obedecerlo. Para ello hay
que leer o escuchar la Palabra de
Dios, que está contenida
en la Biblia.
Son muchos los que quisieran ser
médicos, abogados o
ingenieros; pero son pocos los
que se disponen a sacrificar sus placeres y otras
cosas, para usar ese tiempo en estudiar una carrera
universitaria. Ellos quisieran
tener un doctorado, pero si los
conocimientos, por sí
solos, se les metieran en la
cabeza, sin tener ellos que
estudiar.
Igualmente, son muchos los hermanos que quisieran saber correctamente las
doctrinas de nuestra fe cristiana,
pero son muy pocos los que se disponen a sacrificar sus placeres y otras
cosas, para usar ese tiempo en
leer la palabra de Dios. Ellos
quisieran saberse la Biblia de Génesis a
Apocalipsis, pero únicamente si esos conocimientos se les metieran
en la cabeza por sí solos,
sin tener ellos que leer la
Biblia.
La mayoría lo que hace es leer libros que "explican" la
Biblia según el pensar y sentir de los
autores; pero muy pocos están
dispuestos a leer la Biblia de Génesis a
Apocalipsis, sin saltos, aunque
sea veinte veces.
Al leer libros que "explican" la Biblia, pudiera el hermano obtener
algunos buenos conocimientos sobre la
Escritura, pero también
pudiera obtener los errores que sustente el autor del
libro. La Biblia fue inspirada
por el Espíritu Santo, los libros que
explican
la Biblia, no.
Si ustedes leen 5 ó 3
capítulos diarios (que no es mucho pedir) van a poder leer la Biblia
completa en 8 meses o un año, según lean cinco capítulos
o tres capítulos.
Si ustedes tienen un manantial
cercano, lo mejor que hacen es
ir hasta allí y beber de ese
manantial. No es sabio que otros
les traigan un poco de agua en sus sucias
manos, para que ustedes la
beban. Si alguna suciedad
han de beber
ustedes, que sea la de sus propias
manos, no las de las manos
ajenas. Lean ustedes mismos la
Biblia, no la cambien por libros
que hablan sobre la
Biblia. Esos libros pueden
ser un suplemento de la
lectura de la Biblia, nunca un
complemento, y mucho menos
un sustituto.