LA LONGEVIDAD HUMANA DE LA ÉPOCA  DE NUESTROS PRIMEROS PADRES ESTÁ DADA EN AÑOS, NO EN MESES.

            Hay quienes, tratando de negar la realidad de que nuestros primeros padres vivían varios siglos, alegan que los "años" mencionados en estos capítulos son en realidad  "meses", o "lunas".   Basan su peregrina hipótesis en el hecho de que si dividimos los años vividos por estos patriarcas, de acuerdo con la Biblia, entre los doce meses que tiene un año, el cociente es una edad mucho más aceptable para ellos; esto es motivado porque la comparan con la edad a que ahora se llega.  Por eso, alegan ellos, al dividir los 930 años que dice la Biblia que vivió Adam, entre doce, nos da 77 años.  Al dividir lo vivido por Matusalem, 969 años ( lunas según ellos ) entre doce, nos da casi 81 años, etc..
    Cuando el humano desea negar a Dios, o negar la autoridad de la Biblia, apela a cualquier necedad que en ese momento le venga a la mente, sin usar discernimiento, lógica, ni métodos científicos. Sólo alega falsedades, o medias verdades mezcladas con mentiras, o con hipótesis descabelladas, a las que les ponen a viva fuerza, el chaquetón de "científicas", sin merecerlo.
     Estos "iluminados" que creyeron haber encontrado la "explicación" de la gran longevidad de los patriarcas que en este pasaje se reporta, no se molestaron en razonar someramente sobre el tema.  Por eso se lanzaron irreverente e irresponsablemente a la carga, gozosos, por creer que habían  "descubierto"  algo que desmentía o "explicaba" lo que ellos creían un error o una mala interpretación de la Biblia.  Así, dictaminaron al estilo "magister dixit", que los que aquí se llaman  "años", son en realidad "lunas" o meses; sin percatarse que en ese mismo pasaje, que estaba delante de su nariz, se hallaba la desmentida de su tonta hipótesis.

 

    "3 Y vivió Adam ciento y treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Seth. 4 Y fueron los días de Adam, después que engendró a Seth, ochocientos años: y engendró hijos e hijas. 5 Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos y treinta años, y murió.

 

        6 Y vivió Seth ciento y cinco años, y engendró a Enós. 7 Y vivió Seth, después que engendró a Enós, ochocientos y siete años: y engendró hijos e hijas. 8 Y fueron todos los días de Seth novecientos y doce años; y murió.

 

       9 Y vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán. 10 Y vivió Enós después que engendró a Cainán, ochocientos y quince años: y engendró hijos e hijas. 11 Y fueron todos los días de Enós novecientos y cinco años; y murió.

 

        12 Y vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel. 13 Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos y cuarenta años: y engendró hijos e hijas. 14 Y fueron todos los días de Cainán novecientos y diez años; y murió.

 

        15 Y vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared. 16 Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos y treinta años: y engendró hijos e hijas. 17 Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió."

       Usemos ahora un poco de aritmética y de sentido común.  Efectivamente, si lo que aquí se llaman "años" fueran "lunas", o " meses", como dicen estos  "iluminados", entonces Adam tuvo un hijo cuando tenía casi once años, según el versículo 3, porque 130 lunas entre 12 = 10.8 ;  Seth lo tuvo  casi a los nueve años, porque 105 lunas entre 12 = 8.75 años ( versículo 6 );  Enós vivió siete y medio años y tuvo un hijo, porque 90 meses entre 12 = 7.5 años  ( versículo 9 );  Cainán tuvo su primer hijo antes de cumplir los seis años, porque 70 meses entre 12 = 5.8 años ( versículo 12 );  y por último, Mahalaleel lo tuvo a los cinco años ( versículo 15 ) etc.. Como vemos, esta novedosa idea carece de sentido, y es absolutamente absurda y anticientífica.
    Está bien claramente dicho en la Biblia que Adam, que tuvo un hijo a los 130 años, murió a los 930 años;  Seth, que lo tuvo a los 105, murió a los 912;  Enós, que tuvo un hijo a los 90 años de edad, vivió 905 años;  Cainán, que tuvo su primer hijo a los 70 años, murió a los 910 años de edad;  Mahalaleel, que tuvo su primer hijo a los 65, murió a los 895 años de edad. O se consideran meses a todo o se consideran años a todo. De lo que se olvida mucha gente es del hecho de que a los 400 años de edad nuestros primeros padres se encontraban tan fuertes, como hoy un hombre de 40 años.
    Como vemos no todo el que se llama a sí mismo "científico", usa métodos científicos para razonar.  La verdadera ciencia y la verdadera religión tienen que coincidir, porque los verdaderos científicos, los que sólo se basan en lo que se puede probar, lo único que pueden descubrir es lo que Dios creó;   y como que Dios no miente, lo que ellos descubran no es razonable que esté en oposición a lo que Dios dice que Él hizo. (Ver nota a I Cr 27: 15).
    Lo más triste de todo esto es que hay "líderes" cristianos que creen estas necedades. Un día que estaba yo en la escuela dominical fui sorprendido por el maestro, que era doctor en medicina, cuando éste dijo lo siguiente: "Yo no creo que nadie pueda vivir 900 años. Con el conocimiento que yo tengo del cuerpo humano les puedo asegurar que a lo que aquí se le llama "años" son en realidad meses, o sea lunas." Acto seguido comenzó a sacar la cuenta en la pizarra, "demostrando" que cuando esas edades se dividían entre doce el resultado era una edad mucho más "aceptable". Cuando yo me levanté y le saqué en la pizarra las cuentas que les acabo de sacar a ustedes, donde le mostraba que un niño no puede tener hijos, no se le ocurrió otra cosa que decirme que en distintas épocas se había contado el tiempo de distintas formas. Lo cual yo le refuté diciéndole que no estábamos hablando de "distintas épocas", sino de datos que venían en el mismo capítulo y hasta en el mismo versículo, y sobre todo, datos que se referían a la misma persona.
    Es muy común que el hipertrofiado ego impida a los hermanos rectificar en privado, pero mucho menos en público.  Este hombre que así hablaba era cristiano, no estaba tratando de dañar la fe.  Simplemente se había dejado atiborrar la mente de hipótesis pseudo científicas.  Desgraciadamente, con la autoridad que le daba el ser doctor y el ser maestro de escuela dominical, le estaba haciendo, sin quererlo, un enorme daño a sus hermanos que recibían su clase, sabiéndolo científico, cristiano y honesto. Y efectivamente, era honesto, pero estaba honestamente equivocado, y las enseñanzas erradas de éstos hermanos que están honestamente equivocados, son las que más daño le hacen a la grey.

Volver al indice