LOS FARISEOS NO ERAN FIELES CUMPLIDORES DE LA LEY COMO HOY EN DÍA SE CREE.

    Mucha gente tiene la errada creencia de que los fariseos se esforzaban tesoneramente por andar en los caminos correctos; creen que eran unos honestos y estrictos cumplidores de la ley de Dios, gente que nunca pecaba y cuyo único pecado fue el no aceptar a Cristo.  Incluso muchos sacan a los fariseos como ejemplos de que si alguien hubiera podido salvarse por sus obras, esos eran los fariseos.  Por el contrario, ellos eran unos hipócritas que fingían cumplirla, pero no la cumplían.  La única ley que ellos cumplían, y eso por conveniencia, era la ley ritual, porque eso era lo que les daba palanca política para sus fines personales.  Eso les permitía poner de su parte a los sacerdotes, levitas, jueces etc.
    Voy a copiar aquí el capítulo 23 de Mateo, para que ustedes vean la realidad de lo que los fariseos eran, y esto, no es mi opinión personal, sino la de Jesucristo que los conocía por dentro.  Fíjense todos los epítetos que he subrayado o puesto en letras negritas, para que a ustedes les sea fácil notarlo.  Cristo les dijo "hipócritas" 7 veces; en el versículo 2 Jesús declara que ellos dicen pero no hacen; en el 4 dice que atan cargas pero no las mueven ni con un dedo; en el 5 les dice que todo lo que hacían en religión era para ser mirados de los hombres; en el 13 dice que los fariseos no entrarán en el Reino de Dios; en el 14 dice que robaban y estafaban a las viudas; en el 15 declara que los fariseos son hijos del infierno; en el 17, 19 y 24 les dice que son necios, ciegos e insensatos; en el 25 les dice que están llenos de robo y de injusticia; en el 28 les dice que están llenos de hipocresía e iniquidad; y por último, en el 33 les dice que son serpientes y generación de víboras, y que no van a poder evitar el juicio del infierno.
    Ahora bien, después de escuchar la descripción que hace Cristo personalmente de lo que eran los fariseos, ¿pueden ustedes pasar a creer que eran gente que guardaba estrictamente la ley de Dios? ¿Por qué entonces hay tantos hermanos que cuando quieren poner un ejemplo de una persona recta y cumplidora de la ley de Dios, mencionan a los fariseos? ¿Por qué no mencionan a Job, Moisés, Samuel, Josías, Daniel, los profetas, etc.? Leamos ahora el testimonio personal de Cristo sobre lo que es un fariseo.

 

    "1 Entonces habló Jesús a las gentes y a sus discípulos, 2 diciendo: Sobre la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y los fariseos.  3 Así que, todo lo que os dijeren que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras: porque dicen, y no hacen.  4 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; mas ni aun con su dedo las quieren mover.  5 Antes, todas sus obras hacen para ser mirados de los hombres; porque ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí, Rabbí. 8 Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos. 9 Y vuestro padre no llaméis a nadie en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos. 10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.  11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.  12 Porque el que se ensalzare, será humillado; y el que se humillare, será ensalzado.
   
13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; que ni vosotros entráis, ni a los que están entrando dejáis entrar.
   
14 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque coméis las casas de las viudas, y por pretexto hacéis larga oración: por esto llevaréis más grave juicio.
   
15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque rodeáis la mar y la tierra por hacer un prosélito; y cuando fuere hecho, le hacéis hijo del infierno doble más que vosotros.
   
16 ¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Cualquiera que jurare por el templo es nada; mas cualquiera que jurare por el oro del templo, deudor es.  17 ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro?  18 Y: Cualquiera que jurare por el altar, es nada; mas cualquiera que jurare por el presente que está sobre él, deudor es.  19 ¡Necios y ciegos! porque, ¿cuál es mayor, el presente, o el altar que santifica al presente?  20 Pues el que jurare por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; 21 y el que jurare por el templo, jura por él, y por Aquél que habita en él; 22 y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por Aquél que está sentado sobre él.
   
23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es a saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro.  24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello!
   
25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo que está de fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia. 26 ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera se haga limpio!
   
27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que de fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad.  28 Así también vosotros de fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía e iniquidad.
   
29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 y decís: Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas.  31 Así que, testimonio dais a vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.  32 ¡Vosotros también henchid la medida de vuestros padres!
   
33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno? 34 Por tanto, he aquí, yo envío a vosotros profetas, y sabios, y escribas: y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad; 35 para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Barachías, al cual matasteis entre el Templo y el altar.  36 De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
   
37 ¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! ¡cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste!  38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta.  39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor."
                                                                                                                ( Mt 23: 1-39 )

    Como vemos en el pasaje base, los fariseos no cumplían la ley, sólo fingían cumplirla , a la vez que fabricaban ridículas y pesadas doctrinas aumentando lo que la ley decía , e imponiendo nuevas "interpretaciones" a lo que Dios había dicho. De esta manera hacían imposible el seguir las leyes de Dios.
    Lo único que ellos cumplían estrictamente era dar el diezmo, para así tener de su parte a la clase sacerdotal en sus trampas y enredos. Ellos guardaban los ritos exteriores para fingir religiosidad, pero no cumplían las leyes de comportamiento que Dios había establecido. Ellos habían fabricado doctrinas horriblemente torcidas, basándose en torcidas interpretaciones de la ley de Dios.
    Como se ve la creencia de algunos respecto a que los fariseos eran gente perfecta, fieles a la ley de Dios, es una creencia completamente errada de los que se han dejado engañar por los modernos fariseos, en vez de atender a las palabras de Cristo.

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