Quien no adora
a Dios es porque detesta la idea de estarle sometido
Yo
he analizado en mi vida, que en el fondo del alma de los que no adoran a Dios
lo que existe es aversión a la idea de que Él gobierne a Su
manera y no a la ellos; aversión a que Su mando sea absoluto, y no les
permita ser factores influyentes en Sus decisiones.
Hay
quien rechaza en forma total el control de Dios, pero la mayoría no
aspira a tanto, sólo quieren tener medios de influir o presionar en Sus
decisiones. Es la clásica democracia de los "caudillitos
políticos" que aspiran a que sus conveniencias, intereses,
caprichos, "ego", etc., tengan que ser tomados en cuenta por el que
manda.
Por eso en las religiones falsas, y en las
falsas concepciones de la religión verdadera, siempre aparecen las
"obras", como por ejemplo, velas, misas, regalos a la iglesia, etc.,
como factores de salvación, o como factores para la consecución
de favores celestiales. Esto es más notable en el catolicismo romano,
porque es el más conocido; pero los ruselistas hacen lo mismo con los
"puntos" que ganan en su predicación de puerta en puerta y
otras mil cosas.
Analicen
las religiones falsas y las falsas concepciones de la religión
verdadera, y verán que todas, en el fondo, llevan esta tendencia.
En
el caso de los filisteos, que es el que sirve de base en este asunto,
está clara su aversión hacia Dios. Le tenían miedo por lo
poderoso que veían que era; pero lo detestaban. En el pasaje que
más abajo aparece, hay una confesión por parte de ellos, en el
sentido que aún sus dioses se veían sometidos al poder de Dios.
Sin embargo, ni siquiera por conveniencia se pasaban para Su bando, tanta era
su antipatía.
"¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de las manos de estos dioses fuertes?
Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto.
Esforzaos filisteos, sed hombres, porque no sirváis a los hebreos como
ellos os han servido a vosotros. Sed hombres y pelead."
(I Sam 4:8-9)
Lo
contrario ocurría con los israelitas. Ellos estaban de parte de Dios,
aquel de quien ellos tenían pruebas o testimonios que era poderoso, pero
lo abandonaban y se daban a la idolatría. Por eso vemos en la Biblia, a
través de los libros de Jueces, Reyes y Crónicas la apostasía
de los israelitas, pero jamás vemos a los pueblos de Canaán
"apostatar" de su idolatría para seguir a Dios.
"10 Porque pasad a las
islas de Chittim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved
si se ha hecho cosa semejante a ésta. 11 Si alguna gente ha mudado sus
dioses, bien que ellos no son dioses.
Pero mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha." (Jer
2:10-11)
Las religiones idolátricas, y las demás religiones
falsas, siempre tienen en su estructura el factor que desean las criaturas
rebeldes: el tener el poder para influir o presionar en las decisiones divinas.