Echemos
una ojeada a los que creen que ellos creen en la predestinación
absoluta
Predestinación de
circunstancias, es aquella en la que Dios predestina a una
persona, conglomerado o nación a vivir bajo ciertas circunstancias
que convienen a sus planes, pero
no la predestina a ser salva o
perdida.
Predestinación
absoluta es aquella que asegura que Dios ordena a ciertas personas
para ser salvas y a otras para ser
perdidas; y que
todo, desde el día del
nacimiento o de la muerte, la
salud o la enfermedad, hasta la
caída de una hoja de un
árbol, es algo predestinado
por Dios y que Él lo
provoca, y que nadie puede cambiar tales
predestinaciones.
Hay quienes aseguran creer
en la predestinación absoluta, y muchos de ellos en realidad se
imaginan que ellos creen, pero
en realidad no creen.
¿En qué me baso para pensar
así? Si ustedes observan
las acciones, (no las palabras)
de los que se imaginan que creen en la predestinación
absoluta, verán que en su fuero interno ellos no creen en lo que
se imaginan que creen. Más
abajo pongo algunos ejemplos para demostrar lo que
digo. Hasta aquí me refiero a los que son honestos con Dios
en sus creencias.
Hay sin embargo otro grupo,
que creen que fingiendo tener una fe "inquebrantable" en que la
salvación es algo que está predestinado,
van a obligar a Dios a que los salve, a pesar de no arrepentirse
de sus pecados. Digo
fingiendo tener fe
en la predestinación
absoluta, porque los que dicen creer tal cosa en realidad no creen
en tal tipo de
predestinación.
Lo prueba el hecho de que sacan
seguros, toman
medicinas, se someten a operaciones
quirúrgicas, van al
dentista, van al
oculista, cuidan su cartera para que no les roben el
dinero, y no van a predicar el
evangelio a donde está prohibido bajo pena de
muerte.
Si en realidad creyeran en
la predestinación absoluta, no tendrían que sacar
seguros, porque si está
predestinado que ellos lo pierdan
todo, aunque saquen seguro lo
van a perder todo. Y si estuviera
predestinado que ellos no pierdan
nada, pues aunque no sacaran
seguro, no iban a perder
nada.
¿Para qué malgastar
dinero en seguros si ese dinero lo podían donar al
evangelio?
Si en realidad creyeran en
la predestinación absoluta no tendrían que tomar medicinas
ni se someterían a operaciones
quirúrgicas, porque si estaba predestinado que fueran
saludables, iban a ser saludables
aunque no tomaran medicinas ni se sometieran a operaciones
quirúrgicas, por
tanto, no hacía falta nada de
eso. Si por el contrario estaba predestinado que no fueran
saludables, aunque tomaran medicinas
y se sometieran a la
cirugía, no iban a recuperar
la salud.
Si en realidad creyeran en
la predestinación absoluta no irían al
dentista, porque si estaba
predestinado que conservaran su
dentadura, la iban a conservar
aunque no gastaran dinero en el
dentista. Lo mismo puede decirse con el
oculista, para qué gastar dinero en ellos si estaba predestinado
que tuvieran buena vista. Y si
lo que estaba predestinado era que tuvieran mala
visión, pues la iban a tener mala aunque fueran a ver al mejor oculista
del mundo.
Si creyeran en realidad en
la predestinación absoluta no cuidarían su cartera y su
dinero, pues estarían seguros
de que si estaba predestinado que no les robaran el
dinero, pues nadie se lo iba a poder
robar; mientras que si estaba predestinado que les robaran el
dinero, pues se lo iban a robar
de todas maneras por mucho que lo
cuidaran.
Si creyeran en realidad en
la predestinación absoluta irían a predicar el evangelio
a donde está prohibido,
sabiendo que el día de su muerte está predestinado y nadie
puede matarlo antes, ni
encarcelarlos, si no está predestinado su
encarcelamiento. Sin
embargo, si estaba predestinado su
encarcelamiento, iba a ir a la cárcel aunque no fueran a predicar a lugares
prohibidos.
Lo mismo ocurre cuando los
observamos cuidando a sus niños, lo cual es muy sabio y
prudente, pero que está
en contra de lo que ellos dicen
creer. Si está predestinado
que le suceda algo malo a su
niño, pues le va a suceder
por mucho que lo cuiden; y si
está predestinado que no le suceda nada al
niño, pues no le va a suceder aunque no los
cuiden. ¡Vivamos una
vida despreocupada! Al fin y al
cabo,
lo que va a
pasar, está
escrito. Si está
predestinado que secuestren al
niño, lo van a secuestrar
aunque lo cuidemos; pero si está
predestinado que no secuestren al
niño, pues no va a ser
secuestrado aunque no lo cuidemos.
Una de las cosas que según
esta errada doctrina está predestinado,
es el día de la muerte y el del
nacimiento. No
obstante, ellos usan métodos
anticonceptivos. Si realmente
creyeran en la predestinación
absoluta, no lo harían,
porque si estaba predestinado que naciera un
bebé, éste iba a nacer aunque usaran el mejor de los
métodos; y si estaba
predestinado que no naciera un
bebé, éste no iba
a nacer aunque no usaran ningún método
anticonceptivo.
¿Para qué llamar
a la policía o los bomberos? Si está predestinado que toda
la casa o parte de ella se queme,
se va a quemar aunque los bomberos vengan a
tiempo. Por otro
lado, si está predestinado
que no se queme ni toda la casa ni parte de
ella, pues no se va a quemar aunque
los bomberos no vengan, ni nadie
le eche agua al fuego. Demuestre
su heroica e inconmovible fe,
no llame a los bomberos,
siéntese tranquilamente a ver cómo lo que está predestinado
es lo que va a ocurrir.
Lo mismo sucede con la
protección de la policía. Si está predestinado que
los que están rompiendo una ventana para entrar en la casa
entren, roben,
dañen,
hieran, maten,
violen,
etc., pues va a ocurrir tal
cosa, aunque llamen a la
policía. Por el
contrario, si no está
predestinado que entren,
roben,
dañen, hieran, maten o
violen, pues para qué molestar
a la policía, mejor es
virarse para el otro lado y seguir durmiendo
tranquilamente, en la seguridad de que
lo que va a pasar está
escrito.
¿Conocen ustedes algún
creyente en la predestinación absoluta que viva dentro de los
parámetros que se supone que vivan los que crean tal
cosa?
¡Nadie!
¿Por
qué? Porque en realidad
nadie cree semejante
cosa. Con la boca sí lo
creen, pero con el corazón
no lo creen. Muchos de ellos
honestamente se figuran que creen tal
cosa, pero la realidad nos demuestra
que no lo creen.
Como vemos, muchos de los que
se figuran que creen en la predestinación absoluta, en realidad
se están engañando a sí mismos, porque en realidad no
creen en ella.